Ropa del futuro. Hay una bien conocida frase que afirma que la moda no incomoda. Pues lo que viene es la ropa del futuro, y esa moda tampoco incomodará… ¿O sí?
La industria de la moda llegará con prendas que cambian de color con la exposición al sol, tejidos teñidos mediante el uso de bacterias. A esto se suman los textiles que repelen el líquido y evitan ser manchados.
La moda y sus cadenas de producción se reinventan en un continuo devenir por crear sistemas de producción de prendas que minimicen el impacto al medio. Pero también buscan que la moda cumpla con funciones más allá de la estética, dando como resultado prendas innovadoras.
La llegada del verano trae consigo de forma recurrente el debate sobre los rayos UV, responsable, entre otras muchas cosas, del bronceado veraniego. También de la absorción de la vitamina D en la piel. De este concepto futurista e intangible parte “UV react”, la nueva colección de Bershka.
La colección invita a disfrutar del sol con prendas que reaccionan al sol veraniego cambiando el color de sus básicos para hombre y mujer.
Una colección en la que, como no podía ser de otra forma, el blanco y el violeta, -tendencia cromática desde hace algunas temporadas designada por Pantone como “ultraviolet”- son los protagonistas.
Piezas básicas que al exponerse al sol revelan gráficos y estampados ocultos. Van desde camisetas a camisas o bermudas, tendencia veraniega, hasta zapatillas unisex que adquieren diferentes tonalidades moradas al contacto con la luz.
Para la pigmentación de prendas se utiliza bacterias o productos degradables. La firma Puma también investiga estos cambios en colaboración con el estudio de diseño sueco Streamateria y el proyecto holandés “Living color”.
Romain Girard, responsable de innovación de la firma, afirma que este es el tercer proyecto de biodiseño de la marca desde 2016.
Se trata de un proyecto que surge con el fin de alcanzar un futuro en el que “los métodos de producción sean sostenibles y los materiales reciclables”.
Se producen piezas con “estructura de malla impresa”, recubiertas con bioplásticos, que generan una prenda de textura similar a un tejido.
En un segundo paso y mediante el estudio de diseño “Living Color”, las prendas se tiñen a través de bacterias, alimentadas con un nutriente que las hace producir un pigmento capaz de teñir diferentes tipos de fibra.
También Zara apuesta por la investigación en nuevos tejidos y formas a través de algunas de sus prendas confeccionadas bajo el nombre “Power Stretch”. Es un método de producción que da como resultado prendas resistentes al agua que se adaptan a la forma del cuerpo.
Así, grandes empresas están apostando por la ropa del futuro, la cual quiere dar un respiro al planeta y generar una nueva moda global. EFE