Comprar un coche nuevo se ha encarecido sensiblemente en los últimos años. En consecuencia, el mercado del vehículo de segunda mano también ha subido sus precios pero, con mucha más oferta, esta sigue siendo una opción muy válida para quien no quiere o no puede gastarse el dinero en un coche nuevo. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página para poder ayudarte. También puedes participar en el WhatsApp Ecuador.
Si estás buscando coche y contemplas que la próxima compra la lleves a cabo en el mercado de segunda mano, vamos a repasar todos los detalles que no pueden faltar a la hora de comprar un coche, de cara a hacer la mejor elección posible.
Comprar un coche de segunda mano, todo lo que debemos tener en cuenta
La compra de un coche, tanto nuevo como de segunda mano, requiera una importante inversión de dinero. Tanto a la hora de pagarlo como a la hora de mantenerlo. Por ello, vamos a listar las claves para hacer de nuestro próximo coche la mejor opción.
Cuántos kilómetros vamos a hacer (y dónde)
Es una pregunta sencilla pero que debemos aplicar siempre en primer lugar. No es lo mismo alguien que necesite el coche para trabajar como comercial y hacer grandes kilometradas todos los días como quien utiliza el coche muy puntualmente porque vive en el centro de una gran ciudad.
En primer lugar, recomiendo tener claro qué tipo de conducción vamos a hacer. Si no hacemos muchos kilómetros al año y combinamos autopista con ciudad, los coches de gasolina pueden ser una muy buena opción, pues serán más baratos que los modelos electrificados.
Si, por el contrario, hacemos muchos kilómetros (20.000 kilómetros o más) y casi todos por carreteras secundarias o autopistas, la mejor opción sigue siendo un coche diésel con un motor que consuma poco. Hay que tener en cuenta que es importante hacer un uso intensivo en carretera rápida pues los coches que cuentan con filtro de partículas sufren más y pueden averiarse si se hace un uso intensivo en ciudad.
Por último, si buscamos un coche electrificado, nuestros hábitos y kilómetros también nos harán decantarnos por una u otra tecnología.
Dónde vivimos y para qué queremos nuestro coche
Relacionado con lo anterior pero ligeramente diferente. Hace unos años no pensaríamos que las etiquetas medioambientales de la DGT podían decidir una compra pero, desde este año, esto ha cambiado.
El Gobierno obligó a que en todas las ciudades cuenten con su zona de bajas emisiones (ZBE) a todas las ciudades con más de 50.000 habitantes. Estas zonas de bajas emisiones pueden contemplar restricciones en la circulación y se tendrán en cuenta el etiquetado medioambiental de la DGT.
Esto no es siempre así. De momento, se aplican estas restricciones en ciudades como Madrid y Barcelona pero podrían llegar a más municipios de España. En otros lugares se ha optado por peatonalizar algunas calles, por ejemplo, y eso ya sería suficiente para cumplir las exigencias del Gobierno, si se demuestra que mejora la calidad del aire.
Por lo tanto, es importante tener esto claro y saber o consultar si nuestro municipio (o uno por el que pasemos habitualmente, como el del trabajo) aplicará algún tipo de restricción. Además, allí donde se aplica, la lógica dice que los primeros en salir de la circulación serán los vehículos con pegatina B, aunque, sigue sin haber confirmación en este sentido. Por lo tanto, siempre mejor una etiqueta C que una B. Y siempre mejor una ECO y una Cero emisiones que una pegatina C.
Eligiendo coche
Tenemos segmentado el tipo de vehículo que queremos y el dinero que nos vamos a gastar. ¿Qué debemos tener en cuenta? Vamos a listar unas claves para elegir el mejor coche posible:
- Mantenimiento: consulta foros y páginas especializadas para conocer las ventajas e inconvenientes de un modelo concreto. Así podemos tener claro si un motor concreto dio problemas o si se recomienda algún cuidado especial para alguno de sus componentes.
- Carrocería: comprobar si hay restos de óxido en el chasis, abolladuras, arañazos o si las puertas, el paragolpes y otros elementos encajan bien. También es aconsejable comprobar el estado de las gomas y revisar el funcionamiento de las ventanillas o si los cristales tienen alguna pequeña grieta. Si dos piezas tienen dos tonos diferentes, nos puede indicar que el coche ha sufrido un golpe y no se reparó la chapa como debía.
- Chasis: comprobando el estado de los tornillos podemos hacernos una idea de si el coche ha sufrido algún golpe. Si han tenido que ser sustituidos (muestran síntomas de manipulación las cabezas de los tornillos o la zona próxima) es muy probable que así sea.
- Neumáticos: nos da una idea de cómo ha sido tratado el vehículo. Si el vendedor tiene las gomas bajas de presión o en mal estado puede repercutir en problemas de alineación y desgaste irregular de algunos componentes.
- Mecánica: aunque no tengamos muchos conocimientos de mecánica, como compradores debemos revisar si existe algún tipo de fuga en la junta de la culata (tendrá una mancha si es así) y si los líquidos (el del aceite, refrigerante, frenos…) se encuentran en buen estado o, por el contrario, sus gomas tienen algún tipo de fuga. Además, si el líquido refrigerante está marrón, nos alertará de una fuga en la junta de culata.
- El interior: comprueba que todos los materiales se encuentren en buen estado, que todos los accesorios funcionen correctamente y que el desgaste de los mismos se pueda corresponder al número de kilómetros registrado en el vehículo. Volantes o palancas de cambios muy desgastados nos pueden dar una idea de que el cuentakilómetros ha sido trucado.
Probando el coche
Si hemos elegido un vehículo y estamos interesados en él, es imprescindible que pidamos una prueba al vendedor. De esta manera podremos hacernos una idea de cómo se conduce el vehículo y de que todo funciona como debe.
Si, por el camino, notamos vibraciones en el aro del volante, es posible que haya algún tipo de daño en la dirección o que los neumáticos no están debidamente alineados. Del mismo modo, podemos comprobar el estado de los frenos y certificar que tampoco vibran o generan ruidos extraños.
Además, debemos comprobar el estado del embrague, pues si éste patina nos está avisando de que tendremos que cambiarlo en poco tiempo. En el caso de que la suspensión esté demasiado blanda, también podemos estar ante una sustitución que encarezca la compra final del vehículo.
Por último, y aunque parezca una tontería, recomendamos probar el vehículo en condiciones de nuestro día a día. Si tienes dudas y puedes, te recomendamos aparcar el coche en tu plaza de garaje, para certificar cómo será de cómodo. O si estás ampliando tu familia o tienes un hobby que requiera mucho maletero y no estás seguro si entrarán las maletas o una bicicleta, es mejor probar a guardar estos elementos que quedarse con las dudas y luego errar en la compra.
Pasando por el taller
Con todo esto revisado, es muy recomendable llevar el coche a un taller de confianza. Bien a un taller de la marca que se va a comprar o en uno donde seamos clientes habituales.
Esto es buena idea por varios motivos. Lo primero, el comprador honesto no tiene nada que esconder y, en el peor de los casos, siempre le puede alertar de fallos o problemas que se le habían pasado por alto. Segundo, si no somos muy entendidos en mecánica, un profesional evaluará mejor el coche. Y, por último, si tenemos los conocimientos suficientes, cuatro ojos siempre verán más que dos.
En este caso, lo habitual es que la visita al taller la pague el comprador pero se puede negociar algún tipo de acuerdo con el comprador para que nos rebaje el precio si, finalmente, nos quedamos con el vehículo, ya que él se beneficiará de una revisión si no compramos el coche.
En cuanto a este paso por el taller, es importante pedir el libro de mantenimiento para comprobar que el vehículo tiene todos los componentes en el mejor estado posible y que ha realizado las sustituciones pertinentes cuando le tocaban.
Todos los documentos que ofrece la DGT
Además de todos los procesos anteriores, lo mejor es cerciorarse de que el vehículo no tiene ninguna carga sobre él, que no hay problema en su transacción y que tiene todos los trámites exigibles en regla.
Puedes solicitar un informe de la DGT para comprobar todos estos detalles. A continuación tienes un resumen de lo que puedes encontrar en cada uno de ellos y su precio:
- Informe reducido de la DGT (gratuito): es interesante como primer filtro, ya que muestra la fecha de matriculación del automóvil y si existe algún tipo de incidencia que impide la transferencia del vehículo o su circulación.
- Informe completo (8,67 euros): aporta toda la información administrativa del vehículo. Especifica el nombre del dueño del coche, el historial de la ITV (con su kilometraje), el municipio donde está domiciliado y si tiene algún tipo de carga. Además, se detalla el etiquetado medioambiental, la información de la ficha técnica y de Euro NCAP.
- Informe de datos técnicos (8,67 euros): sólo nos mostrará la información técnica del vehículo que compone el informe completo.
- Informe de cargas (8,67 euros): igual que en el caso anterior, nos aportará los mismos datos que el informe completo pero, en este caso, solo se reflejará la información relativa a la administración. Así queda claro si el vehículo puede ser transferido y si existe algún tipo de carga sobre el mismo.
Qué tramites hay que hacer (también con la DGT)
Si, finalmente, nos hemos decidido por un vehículo, es hora de hacer la compra.
En ella no debe faltar un contrato de compra y venta, donde figuren todos los datos identificativos de vendedor y comprador (nombre y DNI), el modelo exacto que se vende (con su matrícula), la fecha y la hora de la firma y la cantidad a pagar, así como el método de pago y los posibles plazos (si estos se contemplan).
Teniendo en cuenta el precio del vehículo, es importante saber que tendremos que pagar el impuesto de transmisiones patrimoniales (ITP). Este impuesto sustituye al IVA en las compras de vehículos de segunda mano entre particulares y varía entre el cuatro y el ocho por ciento en función de la comunidad autónoma donde se aplica.
Por último, debemos solicitar el cambio de titularidad en la DGT. En este caso, se puede presentar online o presencialmente. Eso sí, hay que tener en cuenta que en ambos casos se requiere realizar el trámite en los primeros 30 días una vez se ha realizado la compra del vehículo. Se requiere el contrato de compra y venta, con fotocopia del DNI del comprador y el vendedor. También es importante contar con el justificante del pago del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica, el permiso de circulación y la ficha técnica.
El trámite tiene un coste adicional de 55,70 euros.
Dudas sobre la garantía de un coche usado
Por último, hay que tener en cuenta qué es lo que cubre y qué no la garantía de un coche de segunda mano.
Cuando compramos o vendemos un vehículo usado, los términos de la garantía quedan recogidos en el Código Civil y el Real Decreto-Ley 7/2021. En ellos se especifica que la garantía entre particulares es de seis meses y que se extiende a un año cuando la compra se realiza a un concesionario. Los plazos pueden ampliarse siempre y cuando quede recogido en el contrato.
Esta garantía, sin embargo, no se aplica a cualquier elemento que pueda romperse durante ese tiempo. La garantía se aplica si se demuestra que el vehículo tenía algún tipo de vicio oculto. Es decir, algún problema que el vendedor conocía pero del que no informó al nuevo comprador.
Si el vendedor no demuestra que esta avería fue posterior a la transferencia del vehículo, tendrá que hacerse cargo de las reparaciones.