Viste un hábito negro y en su cuello luce el clásico clériman blanco. Sentado detrás de un escritorio de madera en el que resaltan una gran cruz y una Biblia de más de 100 páginas, cierra sus ojos y se concentra para hablar del demonio… Su nombre es José Alberto Lizano. Es el vicario de la parroquia Santiago Apóstol de Chillogallo. Y su misión es liberar a las almas poseídas por Satanás. Porque él es el exorcista oficial de Quito.